La Biblia, también denominado en
términos generales como "Las Escrituras", es un conjunto de
libros históricos científicos, escritos por hombres que fueron inspirados
por el Espíritu de Dios, para hacer conocer a la humanidad la Voluntad de Dios.
Así que es de vital importancia para la cultura humana, porque en los registros
se refleja el Plan de Dios para el hombre.
Este es un pequeño informe que explica
lo necesario respecto de la Biblia para aquellos que recién se inician en el
cristianismo.
Etimología
El vocablo
Biblia derivado del latín biblĭa, proviene del griego "ta biblia" y significa
"Los Libros”. Plural del vocablo griego biblion
[862] “biblion”: Libro,
rollo
En sí la
expresión refiere al derivado de un conjunto de papiros o rollos, siendo biblia plural de biblion (biblíon, 'papiro' o 'rollo', usado
también para 'libro'). Es posible que biblion sea el apelativo de su origen de la ciudad “biblov = Biblos”, importante mercado de papiros que
estaba ubicada en la costa norte de lo que hoy es Líbano a
En
un principio, los elementos principales para la edición de las Escrituras
fueron el papiro y la tinta.
El
papiro es una planta acuática de la cual se extraía la sabia con prensas y se
hacían tiras, que luego se entrelazaban y se prensaban nuevamente, obteniendo
planchas de gran soporte para las inscripciones. Además de esto también se
utilizaba vitela (cuero de animales tales como el de antílope, becerro novillo,
gacelas, gamuzas, ciervos y familia de estos).
La
tinta era hollín de humo negro con cola, agua o aceite de muy buena duración y
permanencia;
Con
el papiro como papel se armaban rollos y pergaminos, y se escribían volúmenes
completos en un solo rollo.
Los
profetas y los apóstoles utilizaron mayormente el papiro para redactar la
inspiración del Espíritu.
Posteriormente,
los cristianos, con la intención de mantener el mensaje y la integridad del
escrito reproducían copias de seguridad, pues el mucho trajinar del pergamino
apresuraba su deterioro, por estar hechos con materiales perecederos.
Idiomas primitivos en que fueron escritos los
libros de la Biblia
La biblia es
una compilación de libros que en su mayoría para el Antiguo Testamento el
idioma oficial fue el hebreo paleo consonántico, también hay muy pequeñas
porciones en libros proféticos e históricos escritos en arameo. Y el Nuevo
Testamento fue escrito completamente en griego koiné mayúsculo.
Es importante
destacar que en aquellas épocas no se distinguían separaciones de prosas,
párrafos, acentuaciones, ni puntos, ni comas, ni signos literarios de
exclamación o interrogación; Por ejemplo: El Nuevo Testamento era un rollo de
palabras corridas sin espacio entre palabras (muy similar a cuando escribimos
una dirección web).
Primeros Usos para la expresión “La Biblia”
La frase ta biblia fue empleada por los
hebreos helenizados desde el siglo IV aC en adelante, (sobretodo aquellos que
habitaban en ciudades de habla griega) para referirse al Tanaj (forma hebrea) o
a lo que actualmente denominamos “Antiguo Testamento”.
El Tanaj
entonces era
Con el
desarrollo y expansión del cristianismo La Iglesia comenzó a adosar al Tanaj
los evangelios y las cartas de los apóstoles. Y la frase “ta biblia” se transformó
en el título genérico de la unión de los libros judaicos (Antiguo Testamento)
con los evangelios y cartas apostólicas al que denominamos “Nuevo Testamento”.
Ya en el siglo
I como el imperio romano se esforzaba por imponer el latín como lengua oficial,
la expresión se redujo a un solo vocablo “biblia” “Biblia”
expresión latinizada usada e impuesta de forma universal por la religión
católica desde el siglo IV dC.
Valor histórico de las Escrituras
Que interesante es desafiar a los
historiadores y filósofos de estos tiempos sabiendo que la mayoría de sus
premisas se han construido con argumentos sostenidos en muy pero muy pocas
evidencias históricas a diferencia de las historias y doctrinas de las
Escrituras (es decir de la biblia) que tiene más evidencia que cualquier libro de
literatura histórica o de la lectura filosófica reconocida.
Desde una perspectiva histórica queremos
brindar las herramientas apropiadas para que cada cristiano pueda defender
históricamente el valor de las Escrituras.
Los pastores y maestros deben enseñar a
los cristianos a evaluar y defender el poder del testimonio de las Escrituras
por encima de cualquier libro filosófico o científico. Porque la mayoría de los
incrédulos y lamentablemente tenemos que decir también de muchos cristianos, tienen
la infeliz o mal provista idea de que el cristianismo está basado en una “fe
ignorante”, es decir, en una “fe” sin sustento histórico, sin razón o lógica o
sin sustento científico. Cuando es el libro que mayor evidencia tiene con más
de 19000 documentos históricos de edades muy antiguas y muy congruentes entre
sí, lo que convierte al fundamento del cristianismo en una “fe histórica e
inteligente”.
Por otro lado, algunas religiones
cristianas consideran al cristianismo como el producto de una “fe filosófica”,
es decir una “fe” basada en un conjunto de conceptos o ideologías centradas en
historias utópicas en los que se cree sin el consentimiento histórico y/o
científico. Por lo general estas personas están influenciadas por el
pensamiento humanista que siempre ha tratado de desvalorizar el testimonio de
las Escrituras.
Los
aportes históricos de las Escrituras y las controversias
Si miramos bajo el contexto histórico y
solamente bajo el contexto histórico, podremos ver que históricamente las
Escrituras relatan mediante el testimonio de muchas personas la vida de un
hombre que demostró mediante muchas señales y muchos milagros ser “El Hijo de
Dios” (Mt 26:63-64) que enseño su doctrina
de manera sencilla y didáctica luego de haberla practicado (Jn 18:20; 17:14; Hch 1:1), que posteriormente fue
asesinado por su doctrina (Mr 15:12-15; Jn 19:7)
pero que resucitó después de tres días de ser asesinado confirmando su doctrina
(Lc 9:22).
Obviamente que haya vivido no es el problema
para el incrédulo o humanista, que haya sido asesinado tampoco lo es, el
verdadero problema es si realmente resucitó. Porque la resurrección es lo que
el mundo humanista ha rechazado y descartado, indicando el mismo como un hecho
imposible, al punto tal que mediante artilugios trata de desmentir y
desvalorizar esta verdad y por ende la veracidad del testimonio Escritural.
Sin embargo los análisis más profundos
demuestran la veracidad de la historia en tiempo y espacio y esto es posible
porque los testimonios de las Escritura aportan con mucha exactitud muchos
datos y fechas exactas del marco histórico (Ej: Lc
2:1; 3:1-2; Mt 2:22..etc) que
pueden ser claramente verificables mediante el análisis de testimonios
seculares paralelos de la época (por fuera del testimonio bíblico), como así
también demuestran la congruencia de la diversidad de testimonios de los
autores que también fueron asesinados defendiendo la verdad de los hechos;
Hablamos de los que murieron defendiendo la verdad de las enseñanzas y sobre
todo defendiendo la verdad de la resurrección de Jesús el Cristo.
ESTRUCTURA DE LA BIBLIA
La Biblia está separada en: Antiguo Testamento
y Nuevo Testamento
La primera
división que encontramos en
Un Testamento
es un legado, también conocido como “Pacto”, que es un contrato o acuerdo entre
dos o más partes que incluyen una reglamentación que determina la voluntad de
un Testador frente a un Heredero.
Doctrinalmente
se ha aplicado esto a
Fue mediante la
palabra de Jesús el Cristo y la revelación dada a los apóstoles que
Descripción,
Origen y Objetivo
La Biblia es
una compilación de textos (que en un principio eran documentos separados
llamados "libros"), escritos en hebreo y en griego.
Cada “libro” o
“rollo” o “pergamino”, tiene como base fundamental el hecho de haber sido
ordenado por Dios, como también inspirado por Dios y esto podemos verlo en cada
uno de los libros. Cada vez que leamos “vino palabra de Jehová” o “Palabra de
Jehová que vino a..” nos encontramos con un libro ordenado, expresado e
inspirado por Dios.
Éxodo
17
14 Y
Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para
memoria en un libro ……
Isaías
30
8 Ve,
pues, ahora, y escribe esta visión
en una tabla delante de ellos, y regístrala
en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para
siempre.
Jeremías
36
1 Aconteció
en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra
de Jehová a Jeremías, diciendo: 2 Toma un rollo de libro, y escribe en él
todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra
todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de
Josías hasta hoy.
Ezequiel 1
3
vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al
río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová.
Oseas 1
1
Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y
Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel.
Colosenses
4
16 Cuando
esta carta haya sido leída entre ustedes, hagan
que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea
la lean también ustedes.
Apocalipsis
1
11 que
decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que
están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y
Laodicea.
1
Tesalonicenses 5
27 Les
conjuro por el Señor, que esta carta se
lea a todos los santos hermanos.
2 Tesalonicenses 2
15 Así
que, hermanos, estén firmes, y retengan
la doctrina que han aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
2 Pedro 3
1 Amados,
esta es la segunda carta que les escribo, y en ambas despierto con exhortación su [de ustedes] limpio
entendimiento, 2 para que tengan memoria de las
declaraciones que antes han sido dichas por los santos profetas, y del
mandamiento del Señor y Salvador dado por sus [de ustedes]
apóstoles;
Apocalipsis
1
3 Dichoso
[Afortunado, Bienaventurado] el que lee, y los que oyen las palabras de esta
profecía, y guardan las cosas en ella
escritas; porque el tiempo está cerca.
Juan
20
30 Hizo
además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no
están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que crean que
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengan vida en su
nombre.
Muchos
consideran equivocadamente que la Biblia es un libro que intenta explicar la
existencia de Dios.
Dios no
necesita explicar su existencia, Él es Dios, que su creación no le reconozca es
una cuestión puramente insensata y pecaminosa por parte del hombre.
La Biblia es un
libro testimonial de la obra de Dios y de su Plan para recuperar lo que se
había perdido.
Si bien desde
una perspectiva la Biblia relata la historia del origen del pueblo judío y de
un hombre que proféticamente fue anunciado como el Mesías, vemos por sobre
estas cosas una interacción entre la Voluntad de un Dios que dirige todas las
cosas con precisión matemática y una creación sujetada al poder de la muerte
por circunstancias experimentales con el fin de probarla y perfeccionarla en
obediencia.
La Biblia
entonces no es solo la historia del pueblo judío y del inicio del cristianismo,
estas son consecuencias de leer la biblia; El objetivo real está contemplado en
el propósito de Dios para con el hombre.
Podemos
verificar ciertamente que el verdadero objetivo de la Biblia es instruir al
hombre en justicia, para perfeccionar al hombre y hacer de él un instrumento
obediente apto para toda buena obra.
2
Timoteo 3
16
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Así podemos ciertamente demostrar que la Biblia está hecha para ser leída y ser aplicada en la vida, la
biblia es un libro científico que está hecha para ser escudriñada en
profundidad acerca de todos los misterios, porque sin ella jamás entenderemos
el origen de todas las cosas y el propósito de Dios en su plan de salvación
para con el hombre.
Esto es indispensable para el cristiano, totalmente necesario para
todo hijo de Dios; El que no lee la Biblia no puede entender ni comprender la
voluntad de Dios.
Juan 5
39 Escudriñan
las Escrituras; porque a ustedes les parece que en ellas tienen la vida eterna;
y ellas son las que dan testimonio de mí;
2 Timoteo 3
15 y
que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en
Cristo Jesús.
El Canon y su historia
Ahora bien, a
parte de los libros bíblicos existen muchos libros antiguos que han querido
pertenecer o formar parte de la Biblia; Sin embargo los que forman parte de la
Biblia lo forman por el hecho de haber sido seleccionados mediante un canon.
Un canon es una
reglamentación con requisitos específicos bien argumentados que sirven para
armar el catalogo o la lista de los libros que van a formar parte de la Biblia.
Actualmente
existen muchas religiones cristianas con diversidad de opiniones divididas y
esto hace que cada religión tenga su propia Biblia basada en su propia
formación canónica.
Históricamente
sabemos que la primera formación canónica fue establecida por el pueblo judío
(puntualmente por sus sacerdotes) posterior a la liberación del pueblo judío de
los egipcios.
La primera
formación canónica fue “La Torá” “libros de la ley” con aproximadamente 613 preceptos
del Judaísmo y la historia del origen de la humanidad y del pueblo judío, lo
que nosotros conocemos como “el Pentateuco” que son los primeros cinco libros
de la Biblia (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio) escritos
aproximadamente entre el 1491 y el 1445 aC por Moisés, pero ordenado por Dios (Ex
17:14).
De esto podemos
deducir la primera regla canónica: La
primera regla para que un libro forme parte de la Biblia es que dicho libro sea
ordenado por Dios.
En general La
Biblia fue escrita aproximadamente desde el 1491 aC y durante el primer siglo
cristiano (100 dC.) Aunque existen indicios bíblicos de la existencia de un
libro antediluviano que fuera escrito posiblemente
Es evidente de
que si buscamos los originales de estos libros, no existen, por la razón de
haber sido hechos con elementos perecederos y por el desgaste natural en el uso
de los mismos.
Obviamente a lo
largo de la historia los libros se han reproducido o copiados a través de las
generaciones, pues así les fue ordenado por el Espíritu a los profetas y
también a los apóstoles del primer siglo (Col 4:16; 1 Te 5:27; 2 Te
2:15).
En un principio
los judíos afianzaron todo su estilo de vida en el sistema legal de la Torá
(Pentateuco del AT). Sin embargo, el sistema de organización del pueblo judío
ha ido cambiando con el tiempo, a causa de sus fracasos ante el incumplimiento
de la ley. Cada cambio ha sido perfectamente documentado, tales como el periodo
de los jueces, el periodo de los reyes y el periodo de la diáspora y
sometimiento extranjero. A su vez Dios envió profetas a su pueblo y a los
pueblos que lo avasallaban para hacerles volver de su error. Por lo cual estas
palabras fueron también documentadas por el hecho de ser Palabras enviadas por
Dios.
Esto motivó que
el pueblo judío guardara los libros de las crónicas de los jueces y reyes y
también los libros de los profetas que habían hablado por orden de Jehová
adosándolos a la Torá por su intervención a lo largo de estos períodos.
Así que la
formación canónica judía argumentó que todo el paquete de libros crónicos,
proféticos y poéticos fuera parte de la Biblia judía, lo que hoy conocemos como
Antiguo Testamento (Tanaj).
Existió una segunda regla canónica judía que
argumentaba que un libro para formar parte de la Biblia tenía que estar escrito
“puramente en hebreo” y que tal libro certificara ser original o ser copia de
antecedentes verídicos incuestionables.
Sin embargo
esta regla se modificó para que se admitieran algunos libros proféticos
pos-exílico tal como el libro del profeta Daniel que tiene parciales en arameo,
como también el libro de Esdras con parciales en arameo.
(Posible libros
escritos parcialmente en arameo Esdras desde el 4:8 hasta el
6:18, 7:12-26; Daniel desde el 2:4 hasta el 7:28; Gn 31:47 (dos palabras); Jr
10:11).
Durante el
siglo III aC, y con la helenización como prioridad del imperio griego, el Tanaj
se tradujo al griego (lo que conocemos hoy como Septuaginta LXX, o la versión
de los setentas) hecho poco tolerable por la religión judía, por haberse
cambiado el idioma natal del Tanaj a uno gentil (la cual era necesaria para los
judíos helenizados de habla griega dispersos por el imperio) y también había
disconformidad por la inserción de algunos libros histórico considerados
apócrifos o contradictores al canon de formación (los libros apócrifos más
conocidos y que forman parte de LXX son: Tobia,
Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, 1ª y 2ª de Macabeos, además de
adiciones a otros libros, como Daniel
3:24-90 y los capítulos 13 y 14, y algunas al libro de Esther)
También vale
destacar que los saduceos (la secta aristocrática judía) solo consideraban como
único canon al Pentateuco poniendo al resto de los libros como adicionales pero
no influyentes.
Con el tiempo y
durante el periodo de Jesús en la tierra, los fariseos ejercieron un mayor
predominio en la mayoría de las sinagogas nativas y extranjeras por lo que el
canon que prevalecía era el Tanaj, y los judíos esparcidos utilizaban la
Septuaginta.
Con la llegada
del Señor Jesús el Cristo, los preceptos de Dios traspasaron las fronteras
judías para llegar a los gentiles (o sea a todo aquel que no es judío, ¡Gracias
Señor!).
Jesús el Cristo
mismo luego de haber cumplido
A partir de
entonces fueron los apóstoles los encargados de predicar y extender el Nuevo
Pacto a todo el mundo reproduciendo por el Espíritu las palabras del Señor Jesús
el Cristo (Jn 14:26) y dejando por escrito su vida, sus hechos, sus
milagros, sus Palabras y también estableciendo un nuevo orden Espiritual o
régimen Espiritual (La Ley Espiritual del Nuevo Pacto) (Ro 8:2).
Así fue que se
acopió a la Tanaj la documentación apostólica para formar “El Nuevo Testamento”
en la Biblia. Esto provocó cambios en las reglas canónicas que los judíos no
pudieron controlar, porque la biblia pasó a ser un libro de la Iglesia de Dios.
Con el tiempo
la Iglesia usó como plataforma de vida y enseñanza doctrinal los evangelios y
las cartas apostólicas, acompañando a estas los libros judíos de la Tanaj,
reproduciendo de continuo copias de los libros y entregándolas a las Iglesias
que se iban fundando.
De esta forma
la Biblia quedó determinada por la Iglesia en una compilación de dos bloques de
libros, por una parte los libros judíos o “el Tanaj” lo que conocemos como “El Antiguo Testamento” y por otra parte los
evangelios y cartas apostólicas llamados “El Nuevo Testamento”, ambos Testamentos son un (“legado”).
La Biblia al
igual que el cristianismo ha sufrido muchas persecuciones.
Después de
Jesús el imperio romano persiguió a los cristianos y no conforme con esto
persiguió las Escrituras por considerarla un atentado contra el sistema
socio-político. A causa de esto se perdieron la mayoría de los primeros
manuscritos.
Hay que agregar
también que durante los primeros siglos muchos indoctos con mentes malvadas
tergiversaron las Escrituras falsificando los manuscritos (2 Pe
3:16)
La religión y el canon
Con el amplio
desarrollo del cristianismo en pleno auge del imperio romano, se produjeron
grandes cambios socio-culturales que obligó a reaccionar a las autoridades
romanas para no perder el control sobre las masas.
Un movimiento
estratégico por parte del sistema durante el siglo IV generó la primera
religión cristiana conocida como la “religión católica apostólica romana”. A
quien le entregaron el poder de dominar sobre el cristianismo.
Fue la religión
católica la que se auto encargó de formar institucionalmente el primer conjunto
de libros en las cuales se basarían todos sus preceptos, reglas morales y
religión. A esto se denomina “formación canónica católica”.
Con el tiempo
la religión produciría en si misma divisiones y oposición directa por parte de
algunos gobiernos, produciéndose así la formación de varias religiones
cristianas.
Obviamente cada
religión cristiana realizó su propia formación canónica.
Hasta el siglo
XVI se mantuvo en Occidente la traducción latina de Jerónimo, conocida como
"la Vulgata" (proveniente del latín vulgar) que incorporaba el canon
judío (Tanaj) más los libros apócrifos que formaban parte de la Septuaginta
griega y todos los evangelios, las cartas apostólicas y el libro de apocalipsis.
El canon de la religión católica
El canon
católico romano de la biblia fue sancionado por primera vez en el Concilio de
Hipona en el año 393 de nuestra era. Dicho canon consta de 73 libros, 46
pertenecientes al AT incluyendo 7 libros llamados actualmente Deuterocanónicos
(Tobit, Judit, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc), que
no son reconocidos por el canon judío ni valorados como canónicos por la
Iglesia ni por el protestantismo, y 27 al NT que fue confirmado en el Sínodo de
Roma en el año 380, y ratificado en el Concilio de Cartago en el año 397, y
luego nuevamente confirmado por decreto en la cuarta sesión del Concilio de
Trento del 8 de abril de 1546. Ninguna de estas decisiones fue reconocida ni
asumida entre la Iglesia ni los protestantes, surgidos a partir del Siglo XVI,
ni por distintas denominaciones para-protestantes, surgidas a partir del Siglo
XIX (religión de los testigos de Jehová y los mormones).
El canon
Ortodoxo católico es aún más amplio que el Canon católico romano, e incluye el Salmo
151,
Con la Reforma
Protestante del siglo XVI, Martín Lutero cuestionó la necesidad de mantener los
libros "apócrifos" junto a los del canon judío y los agrupó como un
apéndice histórico al final de su traducción al alemán de la Biblia indicando
que no corresponden al canon clásico predeterminado por la Iglesia.
Así pues, las
versiones católicas de
Los libros “apócrifos”
La diferencia
canónica entre religiones radica solamente en la formulación del Antiguo
Testamento. El hecho parte desde el momento en que la Tanaj hebrea se tradujo
al griego obteniendo “La Septuaginta” o versión de los setenta que incluían
libros apócrifos.
Los libros
apócrifos son los libros “tergiversados”, “supuestos” “inventados” o “carente
de evidencias” o “históricos sin la inspiración de Dios”, en definitiva los
libros apócrifos son inspirados por hombres y no por Dios, que algunas
religiones como la católica decidieron insertar en su formación canónica sin
argumentos fehacientes.
Cabe destacar
que Jesús jamás hizo alusión o mencionó algo de los libros apócrifos.
Hemos de
considerar también que analizando los libros apócrifos se encuentran muchas contradicciones
doctrinales y mucha oposición con lo enseñado por los otros libros del AT.
Daremos solo
algunos ejemplos de las muchas contradicciones halladas en los libros
apócrifos:
Biblia con
libros apócrifos: Dios habla hoy / Libro del pueblo de Dios
2
Macabeos 15
…….Y yo
termino aquí mi narración. 38 Si está bien escrita y ordenada, esto fue
lo que me propuse. Si es mediocre y sin valor, solo eso fue lo que pude hacer.
En este
versículo el escritor mismo da testimonio que fue inspirado por él y no por
Dios, considera a sí mismo la posibilidad de ser mediocre y sin valor.
Baruc
6
2
En Babilonia tendrán que vivir muchos años, un tiempo muy largo, siete generaciones; pero después yo los sacaré de allí en paz.
Esta profecía
del libro de Baruc fue totalmente falsa, puesto que los judíos estuvieron en
Babilonia alrededor de 60 a 70 años en total (1 generación) y no 7 generaciones
como lo expresa ese libro.
Tobias
4
10
Porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas:
Tobias
12
9
Dar limosna salva de la muerte y purifica de todo
pecado. Los que dan limosna gozarán de larga
vida.
Aquí vemos
directamente un ataque a la doctrina de salvación por la sangre de Jesús el
Cristo, puesto que si la limosna salva de muerte y purifica de pecado sería una
alternativa mucho más fácil para salvarse sin seguir a Jesús el Cristo. (este
libro es realmente todo un engaño)
Tobias
11
14 Y añadió: ¡Alabado sea Dios, alabado sea su glorioso
nombre! ¡Alabados sean todos sus santos
ángeles!
Otra
contradicción doctrinal. Puesto que a Dios solo se debe alabar, sin embargo
este versículo apócrifo abre la puerta para generar una idolatría a los ángeles
(esto está más afianzado a las doctrinas de demonios que tienen los católicos).
Además los
libros apócrifos abren puertas a la magia y al ocultismo.
Tobit 6
5 El ángel añadió: Abre el pez,
sácale la hiel, el corazón y el hígado y guárdatelo, y tira los intestinos;
porque su hiel, su corazón y su hígado son remedios útiles. 6 El joven abrió el pez y tomó la
hiel, el corazón y el hígado. Asó parte del pez y lo comió, salando el resto.
Luego continuaron su camino, los dos juntos, hasta cerca de Media. 7 Preguntó entonces el muchacho al
ángel: Hermano Azarías, ¿qué remedios hay en el corazón, el hígado y la hiel
del pez? 8 Le
respondió: Si se quema el corazón o el
hígado del pez ante un hombre o una mujer atormentados por un demonio o un
espíritu malo, el humo ahuyenta todo mal y le hace desaparecer para siempre.
2º Macabeos 12
42 y rezaron al Señor para que
perdonara totalmente ese pecado a sus compañeros muertos. El valiente Judas
exhortó a sus hombres a que evitaran en adelante tales pecados, pues acababan
de ver con sus propios ojos lo que sucedía a los que habían pecado. 43 Efectuó entre sus soldados una
colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de
que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy
bien inspirados por la creencia de la resurrección,”
Así queda
demostrado el porqué de la no inserción de los libros apócrifos al canon
bíblico usado por la Iglesia.
Estructura Básica de la Biblia
La Biblia se
puede separar en dos bloques agrupados por secciones:
-
Antiguo Testamento
o
Pentateuco (Torá = Ley): Gn, Ex, Lv, Nm, Dt
o
Históricos: Jos, Jue, Rt, 1º y 2º Sa, 1º y 2º
Re, 1º y 2º Cr, Esd, Neh, Est
o
Sapiensales y Poéticos: Job, Sal, Pr, Ec, Cnt
o
Profeta Mayores: Is, Jr, Ez, Dn, Lm
o
Profeta Menores: Os, Jl, Am, Abd, Jn, Mi, Neh,
Hab, Sof, Hag, Zac, Mal
-
Nuevo Testamento
o
Evangelios: Mt, Mr, Lc, Jn
o
Histórico: Hch
o
Epístolas Paulinas: Ro, 1º y 2º Co, Ga, Ef Fil,
Col, 1º y 2º Te, 1º y 2º Ti, Tit, Flm, He
o
Epístolas Generales: Stg, 1º y 2º Pe, 1º 2º y
3º Jn, Jud
o
Profético: Apocalipsis
Separación por Capítulos y Versículos
Es obvio y
sabido que las Escrituras, es decir los manuscritos que formaron la Biblia no
estaban separados ni por capítulos, mucho menos por versículos, no tenían
subtítulos, ni separaciones por estrofas o párrafos, tampoco estaban numeradas
sus páginas. Es más, el texto primitivo del AT era consonántico pues no tenía
vocales, el texto primitivo del NT era mayúsculo (no existían las letras
minúsculas) tampoco tenía separación entre palabras, ni acentos.
La idea de
separar cada libro de la Biblia en capítulos y versículos radica en la buena
intención de agilizar la búsqueda de frases y expresiones de profunda enseñanza
mediante una regla mnemotécnica numérica, para que sea más fácil la búsqueda
referencial y que ésta a su vez sea generalizada.
Esto se hizo
posible luego de varios siglos, cuando la Biblia comenzó a ser un libro de
profundo análisis literario y doctrinal.
Consideremos
que en los tiempos primitivos de la Iglesia, solo algunos tenían el privilegio
de acceder a la lectura o revisión de las Escrituras y el grado de
analfabetismo era muy grande, y los ministros eran muy celosos en el cuidado y
redacción de los mismos.
Se puede decir
que fue a partir del período conocido como el del “Renacimiento” cuando se
empezó a editar los primeros libros modernos, con páginas, títulos, capítulos e
índices. Estos primeros libros impresos imitaban a los manuscritos y ofrecían
un texto extenso y continuado, desde la primera página hasta la última, sin
divisiones en párrafos o estrofas.
Intuimos que en
tiempo de Cristo, los fariseos tenían algún método de separación textual de las
Escrituras (AT) con el fin práctico de agilizar la enseñanza en los días de
reposo, y esto podemos notarlos en aquellos pasajes que eran más populares y
que se leían cíclicamente en las sinagogas (Lc 4:17,
Hch 13:15; 15:21, 2 Co 3:14). Además algunos de estos pasajes eran
conocidos por un título que hacía referencia a su temática (Mr
12:26; Lc 20:37, Ro 11:2).
Se tiene
constancia de que en el siglo I dC existía la costumbre de leer
Sin embargo la
división del Antiguo Testamento en versículos fue establecida por estudiosos
judíos de las Escrituras, llamados masoretas. Con hábitos monásticos y
ascéticos, los masoretas dedicaban sus vidas a la recitación y la copia de las
Escrituras, así como a la formulación de la gramática hebraica y las técnicas
didácticas de la enseñanza del texto bíblico. Fueron ellos los primeros que entre
los siglos IX y X dividieron el texto hebraico (del Antiguo Testamento) en
versículos.
La Biblia fue
dividida en capítulos en el siglo XIII (entre los años 1234 y 1242), por el teólogo
Stephen Langhton, entonces obispo de la religión católica de Canterbury, en
Inglaterra, y profesor de
Influenciado
por el trabajo que los masoretas realizaron sobre el Antiguo Testamento, Robert
Stephanus (El que editó el Textus Receptus) un impresor francés (nacido en
Paris) que vivía en Génova dividió el Nuevo Testamento en versículos en el año
1551.
Fue en
definitiva Robert Stephanus, (hijo de Henri), quien popularizó el uso de la
numeración de versículos para toda la Biblia. Para los libros del Antiguo
Testamento se estima adoptó la división del dominico italiano de finales del siglo
XV, Sanctes Paginus. Y para el Nuevo Testamento elaboró una nueva división. Se
cuenta que este trabajo lo realizó en el transcurso de un viaje a caballo de
París a Lión.
En 1551 publicó
el Nuevo Testamento griego, y cuatro años más tarde publicó la Biblia completa
en latín. En ambos casos los números de los versículos no figuraban en el texto
bíblico, sino al margen.
En 1565,
Teodoro de Beza inscribe los números de los versículos en el interior del texto
mismo.
El primer libro
bíblico impreso dotado de esta presentación versificada y numerada fue el de
los salmos, concretamente el Psalterium quintuplex de Lefevre D´Etaples,
publicado en 1509, en París, por el famoso impresor protestante, Henri
Stephanus, quién ostentó el prestigioso título de impresor del rey para el
hebreo, el latín y el griego.
DATOS
Y CURIOSIDADES
Por
último daremos algunas curiosidades de
1)
La primera
cuarta parte de
2)
La mitad de
3)
La tercera
cuarta parte
se
encuentra en el capítulo 11 de Zacarías.
4)
5)
El libro de
Isaías
tiene tantos capítulos como libros tiene
6)
El libro más
corto del Antiguo Testamento es Abdías (21 versículos).
7)
El libro más
corto del Nuevo Testamento es tercera de Juan, que contiene 1.240 letras.
8)
El capítulo más
largo
es el Salmo 119, el cual contiene 176 versículos.
9)
El capítulo más
corto
es el Salmo 117, el cual contiene 130 letras
10)
El versículo
más largo
está en Ester 8:9.
11)
El versículo
más corto está en Éxodo 20:13 (AT) y Juan 11:35
(NT).
12)
13)
Leyendo un
capítulo diario, se puede leer toda
14)
Leyendo cuatro capítulos
diario,
se puede leer toda
LA BIBLIA REINA
VALERA
Esta conocida
versión de la Biblia, representa la primera traducción castellana completa,
directa y literal de
Esta biblia es
considerada una de las más fieles y más autorizadas traducciones castellanas
del Texto Masorético (hebreo-arameo del Tanaj) para el AT y del Textus Receptus
(griego bizantino) para el NT.
Esta biblia alcanzó
muy amplia difusión durante la Reforma Protestante del siglo XVI, y es una de
las más universalmente utilizadas por la Iglesia de habla hispana.
Debe su nombre
a la suma de esfuerzos de Casiodoro de Reina, su editor principal, Basilea, Suiza,
1569, el título original era "
Posteriormente Cipriano
de Valera contemporáneo de Casiodoro fue su primer revisor, materializados en
HISTORIA
RESUMIDA DE LA BIBLIA REINA VALERA
Antes del movimiento protestante, la
religión católica perseguía sobremanera a la Iglesia del Señor Jesús; No
obstante los cristianos se esforzaban por mantener y reproducir los manuscritos
bíblicos en sus idiomas originales, como también procuraban mantener viva la
enseñanzas de tales idiomas.
La religión católica no solamente
asolaba a la Iglesia, sino que también perseguía y quemaba los manuscritos
bizantinos. Aún con todo, más de 19.000 manuscritos han logrado salvarse a la
fecha y muchos de ellos están disponibles en bibliotecas europeas y americanas
con acceso público restringido.
El movimiento protestante, que fue un
movimiento revolucionario de carácter social contra la religión católica, hizo
que muchos reinos europeos se desvincularan del dominio católico romano;
Cansados de sus altos impuestos y de su inquisición, para derrocar al usurpador
poder religioso católico romano, debieron culturizar a los pueblos
permitiéndole a todo el mundo tener acceso a las Escrituras en sus propios
idiomas y escapar de una vez por toda del inútil e inentendible idioma latín
como de su corrupta biblia "La Vulgata" que solo lo manejaban la jerarquía
"clerical" católica.
Fue así que la Iglesia del Señor Jesús
(congregaciones minoritarias y ocultas repartidas por toda Europa), cedió parte
de los manuscritos en idiomas originales a los líderes del movimiento
protestante para que se formulase un Patrón a fin de poder traducir las
Escrituras a los diferentes idiomas del mundo.
Lamentablemente el movimiento
protestante se convirtió prontamente en una religión más, pero lograron al
menos establecer un Texto impreso al que llamaron "Textus Receptus"
basado en el Patrón de aquella época, que eran los textos bizantinos provistos
por las Iglesias; Texto al que los "reformadores" modificaron
parcialmente a conveniencia a fin de favorecer al nuevo movimiento.
Fue así como el Textus Receptus en sus
muchas ediciones pasaron a ser los primeros libros impresos de la biblia en
idiomas originales que se distribuyeron a cada reino europeo de aquella época a
fin de que se utilizara para traducir y alcanzar la biblia al público lector.
En España entre algunos traductores
Casiodoro de Reina tomó la iniciativa de traducir las Escrituras al idioma
español, tratando de mantener una relación biunívoca entre los idiomas
originales y el español. Como resultado se alcanzó una biblia que se podía leer
bien, pero era poco comprensible porque no contaba con una armonía sintáctica
(Biblia Reina 1569 – "Biblia del Oso").
Posteriormente Cipriano de Valera, entre
varias traducciones escogió la de Casiodoro de Reina, por su versatilidad, y
realizó lo que se conoce como la primera revisión en el año 1602, logrando un
texto armonizado comprensible y útil que se mantuvo vigente por casi dos
siglos. (Biblia Reina Valera 1602 – "Biblia del Cántaro").
Posteriormente, lo que podemos destacar
históricamente es que en 1862 Lorenzo Lucena Pedrosa se encargó de suprimir la
sección de libros apócrifos de la Biblia del Cántaro. También a partir de ese
año las primeras Sociedades Bíblicas comenzaron a tomar indebidamente el
control de las revisiones y de los manuscritos para imponerse como únicos
editores de la biblia restringiendo a los cristianos a tener acceso a
documentación evidencial de carácter bíblico.
Para 1907 Sociedad Bíblica Americana en
conjunto con Sociedad Bíblica Británica (sección idiomas extranjeros)
conformaron un comité que comenzó a reunirse a partir del 1909 para emprender
una nueva revisión de Reina Valera cuyo trabajo se terminó en 1923 y que se
conoce como Reina Valera 1909. En esa oportunidad el comité estaba integrado
por Victoriano D Baez, Carlos W Dress, Francisco Diez, Juan Howland y Enrique C
Thomson.
Posterior a la Segunda Guerra Mundial,
las crisis económicas afectaron mucho a las sociedades bíblicas y entonces el
Vaticano (recientemente surgida en 1929) y con el objetivo de volverse a
establecer como religión oficial, se ofreció para financiar los proyectos de
traducción con la condición de participar en el comité de traducción e
introducir el corrupto paquete de textos minoritarios (códice Sinaítico +
códice Alejandrino + códice Vaticanus + una serie de pergaminos; Todos manuscritos
supuestos más antiguos y hallados casualmente en monasterios católicos), que
yacían en su poder para corromper las próximas revisiones. Posteriormente el
Vaticano compró una mayoría de los manuscritos, otros le fueron cedidos por
cortesía, y al fin el Vaticano se "adueñó" literalmente de muchos
manuscritos bíblicos y restringe su revisión.
Las actuales revisiones de las
Sociedades Bíblicas Unidas (desde RV1960 en adelante) han propuesto
actualizaciones parciales, cada vez más cercanos a los textos minoritarios como
a su vez lingüísticamente más ajustado al español que al castellano latino.
En el año 2011 salió a la venta la RVC
(Reina Valera Contemporánea) elaborada por el Comité de Revisión y Traducción
de las Sociedades Bíblicas Unidas. El problema es que la base textual de esa
biblia, tiende a apoyarse más en los manuscritos minoritarios que en el patrón
utilizado por Casiodoro y Cipriano, por lo que dicha biblia ya no calificaría
como revisión sino como alteración, al igual que el resto de las diferentes
traducciones basadas en su mayoría en los corruptos textos católicos
minoritarios.
Todo cristiano, debe indagar y analizar
la historia de la biblia que utiliza. Bueno le sería escapar de las
traducciones y acercarse más a los idioma bíblicos e independizarse de las
ecuménicas sociedades bíblicas.
Como podrán observar históricamente,
posterior al siglo XVII, muchos cristianos han intentado revisar y actualizar
la traducción Reina Valera, algunos con cierta inclinación al Textus Receptus,
otros tratando de acercar la traducción al texto minoritario.
Solamente el Ministerio APOYO BÍBLICO, realizó la labor de ajustar el texto de Reina-Valera al Patrón bíblico Mayoritario, indicando las variantes más significativas producidas en el Textus Receptus. Labor que comenzó en el 2005 y se terminó en el 2012, y que actualmente lleva la asignación de "Biblia Reina Valera Independiente".
Esta labor se encuentra disponible
gratuitamente, inclusive como base de dato modular para diferentes software
bíblico. Solo debe pedírselo al Ministerio APOYO BÍBLICO a apoyobiblico@gmail.com y le será
enviada a la brevedad.
La
Paz del Señor Jesús
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